Frutos JEMJ 2024: De no vivir la fe a Misa diaria

Cuando fui a la JEMJ no tenía grandes expectativas sobre ella, pues nunca había acudido a
nada parecido. Era una chica de diecisiete años que no se caracterizaba por tener mucha fe y
mucho menos por vivirla. Aún así, fue un antes y un después en mi vida. Fue el momento
donde realmente pude ver que el Señor está vivo en la Eucaristía y que me pedía un cambio.
Pude experimentar su infinita Misericordia. A raíz de ello empecé a ir a Misa diaria, rezar el
Rosario, etc. Este año voy de voluntaria, porque soy testigo de los frutos tan grandes que
puede tener la JEMJ y quiero estar a plena disposición de lo que el Señor me pida, siempre de
la mano de Ntra. Madre. Quiero ser un instrumento para la reconquista más importante: la de
los corazones.


Ilda Fagundez (Valencia)