Los tres pilares de Carlo Acutis, el adolescente de corazón luminoso. Charla de Fray Marco Gaballo sobre Carlo Acutis en la JEMJ Covadonga 2025 ¡Queridos hermanos, la paz sea con vosotros! Es una gran alegría para mí estar aquí. Doy gracias al Señor, a San Francisco de Asís, a Santa Clara y al Beato Carlos Acutis, que, como sabéis, si Dios quiere será proclamado santo el domingo 7 de septiembre de 2025 por el papa León. También quiero dar las gracias a los organizadores de la JEMJ por invitarme, por las traducciones y por toda la ayuda necesaria para preparar este momento. Empezaría con un hecho sobre el que creo que es útil reflexionar un poco. Cuando el ya difunto papa Francisco decidió la canonización de Carlo Acutis, en varias ocasiones le gustó presentar a Carlo como un joven «normal». Varias veces repitió esta o expresiones similares: «En abril, si Dios quiere, canonizaré a un joven normal». Luego, sabemos que la hermana muerte le impidió cumplir este deseo. De hecho, en muchos aspectos, la vida de Carlo se parece la de muchos chicos: siempre iba vestido con sudadera y vaqueros, era sonriente, vivaracho, tenía muchos amigos, amaba la naturaleza y los animales, le encantaba viajar y practicar diversos deportes como fútbol, tenis, atletismo, baloncesto y natación; también había aprendido a tocar el saxofón. Pero, por encima de todo, destacaba su pasión por la informática, no solo como alguien que se limita a utilizar un ordenador, sino también como creador de contenidos originales con cierta genialidad. Para dar una idea de esta inclinación, baste decir que a los seis años Carlo se paseaba por casa con una bata blanca similar a la de los médicos y una etiqueta que ponía «científico informático». A los nueve años, compraba los libros de texto de informática que se utilizaban en el Politécnico de Milán, es decir, a nivel universitario. La gente de Asís también lo recuerda como un chico muy amable, sencillo y sonriente, pero sin nada llamativo ni fuera de lo común. Don Giuseppe, mi predecesor como párroco de Santa Maria Maggiore de Asís, lo describía como un buen joven milanés que iba a misa, pero nada más. Cabe preguntarse entonces, ¿cómo es posible que atraiga a gente de todos los continentes y países del mundo? ¿Qué tiene de especial? ¿Por qué nosotros también estamos hablando de él ahora? Es ya algo normal encontrarse a diario en el Santuario de Asís a un grupo de Mongolia o de China, o de Nueva Zelanda que va a celebrar la misa, mientras otra gente de Burundi o de Perú se prepara para escuchar una catequesis. Para articular una posible respuesta hablaré, tras una breve inmersión en la Palabra de Dios, del corazón luminoso de Carlo y de sus tres pilares. El Señor pone a Carlo como ejemplo de un adolescente con el corazón lleno de luz. 1) … en la Palabra de Dios Claro que, si el autor del libro de los Proverbios admite que incluso «el camino del águila por el cielo, el camino de la serpiente sobre la roca, el camino del barco en alta mar» (Prov 30, 19) le resultan completamente incomprensibles, ¿cómo pensar en poseer el camino del Dios Altísimo, en poder comprenderlo, preverlo e incluso manejarlo? Desde la pretensión de la cultura dominante de poder calcularlo, explicarlo y controlarlo todo, ¿quizás haya algo que escape de su alcance? En el caso de Carlo, no lo olvidemos nunca, nos encontramos también ante un misterio: el misterio de la elección. Muchas páginas de la Biblia atestiguan que Dios es libre y elige a quien quiere, y lo hace con criterios y categorías totalmente distintos a los de los hombres, incluidos los hombres religiosos. El profeta Isaías lo deja muy claro: «Cuanto dista el cielo de la tierra, así distan mis caminos de los vuestros, y mis pensamientos de vuestros pensamientos» (Is. 55, 9). Pero eso no es todo. La Sagrada Escritura atestigua que la elección de Dios no es como la nuestra: cuando elegimos a alguien, esto suele conllevar exclusión, devaluación u oposición a los demás. Por el contrario, la elección de Dios es siempre inclusiva. Significa que, cuando elige a uno, lo hace para alcanzar y valorar a todos los demás. En el caso de Dios, la elección de uno es la forma que adopta su amor ilimitado e infinito, con el que quiere salvar y dar vida a todos. Por tanto, es lógico plantearse la siguiente pregunta: ¿qué quiere decirnos Dios con la elección de Carlo? ¿Qué significa para mí su canonización el próximo 7 de septiembre? Intentaré ofrecer solo algunos elementos de sentido para suscitar la reflexión, sin pretender ser exhaustivo. 2) Un corazón luminoso En primer lugar, el Señor pone a Carlo como ejemplo de un adolescente con el corazón lleno de luz. Cuando montamos la exposición de los milagros eucarísticos en el Santuario del Despojo de Asís hace unos meses, Andrea Acutis, el padre de Carlo, vino a inaugurarla. En aquella ocasión habló del corazón de Carlo, es decir, de su vida interior. Hay que tener en cuenta que hace veinte años no era posible recopilar datos sobre milagros eucarísticos desde la comodidad de tu casa con tu ordenador. Había que ponerse en marcha y viajar; había que desplazarse a distintos países para recopilar toda la información. La familia Acutis planificaba sus vacaciones de verano para cumplir este deseo de Carlo y viajar a los lugares donde era posible llevar a cabo esta investigación. Imaginemos a Carlo lleno de alegría, implicando a toda la familia en la búsqueda de información útil para realizar la exposición. Pero aquí está el quid de la cuestión: en el centro de su corazón se encontraba un amor sin límites por Jesús y por la Eucaristía, y toda su vida interior estaba dirigida con exultación al misterio eucarístico. He aquí, pues, el corazón luminoso, es decir, un corazón lleno del deseo vivo de Jesús, orientado hacia el Padre en el Espíritu …
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