Entrevista a Mons. Jesús Sanz Montes, arzobispo de Oviedo y anfitrión de la JEMJ.

Mons. D. Jesús Sanz Montes, arzobispo de Oviedo, fue el hombre providencial que permitió que el proyecto de la JEMJ pudiera hacerse realidad. Participó junto a los jóvenes de la JEMJ del año pasado, que le vieron como un padre que acogía con ternura y que guiaba con la autoridad que Cristo le ha dado, dando rostro a una Iglesia preocupada por la evangelización de la juventud. A pocos días de comenzar la JEMJ del 2025, Nacho Leal, presentador de la JEMJ 2025, le entrevistó para el Canal YouTube «En Marcha JEMJ».

Nacho Leal: D. Jesús, ¿cuál fue su impresión de la primera JEMJ en Covadonga?

D. Jesús Sanz: La impresión fue la de sentir la frescura de una Iglesia que, como decía el Papa Benedicto XVI, en su primera homilía, en el inicio de su pontificado, «está viva y es joven». Lo palpabas allí, en medio de esos casi dos mil jóvenes que estuvieron hace un año visitando Covadonga, en ese lugar tan emblemático y especial como es el sitio de la Santina, Nuestra Madre de Covadonga. Es la constatación de una juventud que quita años de vejez, no de ancianidad, que la ancianidad es sabia siempre, pero sí quita años de vejez a una Iglesia que está viva. Lo veía en tantos momentos, en la manera con la que se rezaba, en cómo se convivía, cómo se ayudaban unos a otros y cómo se estaba atento a lo que Dios pudiera regalarles.


Nacho Leal: ¿Tiene alguna anécdota que recuerda con especial cariño?


D. Jesús Sanz: Cuando organizas cosas con jóvenes, incluso desde una perspectiva eclesial y cristiana, a veces se plantea un desenfado sano, pero desenfado que corre el riesgo de terminar en superficialidad. Por eso, a mí me conmovía ver a ese plantel de jóvenes de rodillas, ante la presencia de Jesús en la Eucaristía. Ver allí a casi dos mil jóvenes arrodillados ante Jesús, en silencio, durante un rato largo de adoración, es algo que te conmueve, porque lamentablemente no es un escenario al que estamos tan habituados. Y los veías allí, toda la explanada, o toda la basílica, o encontrabas los accesos a la Santa Cueva –donde está la imagen de la Santina– llenos de jóvenes que sabían guardar silencio. No que sabían estar mudos, sino que guardaban silencio. Porque el mudo es el que no habla, el que guarda silencio es quien quiere escuchar. Y tú veías, palpabas, que esa juventud silenciosa, que no muda, estaba atenta a lo que Dios pudiera indicar, a lo que pudiera decir en el corazón o a través de su Palabra. A mí es una imagen que me tocó mucho el corazón y que tanto agradecí, porque era una imagen de profunda belleza de lo que Dios puede hacer a cualquier edad.


Nacho Leal: Hablando así de los jóvenes, usted sabe que vamos a poder contar con la reliquia del corazón de Carlos Acutis. ¿Qué espera del encuentro entre este joven santo italiano y los jóvenes participantes de la JEMJ?


D. Jesús Sanz: Carlo Acutis era un joven de la edad que tienen los que van a participar en esta segunda Jornada Eucarística Mariana Juvenil. Era joven y tenía una especial devoción a la Eucaristía y a la Santísima Virgen. Tenía una gran facilidad para el tema de la informática, lo cual fue cauce para poder comunicar a su generación el amor por Jesucristo en la Santa Eucaristía, el amor por la Madre de Dios. La reliquia del corazón de Carlo Acutis será un reclamo, una remembranza, que se puede ser santo sin dejar de ser joven, un llamamiento para ser santos mirando a María y mirando a Jesús resucitado en la Eucaristía.


Nacho Leal: Usted estará de nuevo presente en la JEMJ de este año y presidirá la Misa de clausura. No pretendemos que destripe su homilía, pero ¿qué le va a decir a los jóvenes?

D. Jesús Sanz: Mi deseo es no eclipsar, pero tampoco enmudecer lo que Dios quiera hacer a través de mi ministerio, de mi pobre palabra, de mi humilde presencia. Espero que Dios pueda comunicar algo a los jóvenes que les ayude a crecer como creyentes, como cristianos, como jóvenes santos. Yo, estando, celebrando y viviendo esta gracia de la JEMJ, también recibo ese regalo. Y, cuando me toque hablar, lo que quiero es ser un portavoz de las palabras de Dios y un portador de su divina gracia. Quiero ser transmisor y buen cauce de este regalo del Señor, siendo instrumento de lo que Dios quiera decir o hacer a través de mi pobreza.


Nacho Leal: Finalmente, ¿qué consejo tiene para los jóvenes que estaremos en Covadonga del 4 al 6 de julio de 2025?

D. Jesús Sanz: En primer lugar, estar atentos al lugar. Covadonga es un enclave natural de enorme belleza natural que tiene por doquier la firma del Creador, del Señor que nos lo ha regalado. Pero Covadonga es también una cita con la historia, porque allí nace un pueblo cristiano que quiere reconquistar lo que vale la pena, y se hace rebelde, sanamente rebelde ante aquello que nos secuestra. Y además, Covadonga es un corazón espiritual, no solamente para los cristianos asturianos, sino para todo el mundo, porque por Covadonga anualmente pasan casi dos millones de peregrinos.
Esta es la clave: ir a Covadonga como peregrino. A Covadonga, como a tantos otros sitios se puede ir como turista, es decir, con curiosidad, donde tú simplemente te asomas, te admiras, haces cuatro fotos y te vas. El turista, normalmente, no se deja sorprender porque lo tiene todo previsto anticipadamente. El peregrino es el que se deja sorprender, porque está abierto ante este Dios que nunca aburre. Sorprendernos por lo que Dios nos diga en el corazón, en una celebración litúrgica, en un canto, en cualquier momento de la convivencia con tantos jóvenes cristianos. Ese es el peregrino: el que se deja sorprender por un Dios que nunca nos aburre y que, aunque nos diga lo mismo, jamás se repite.

Nacho Leal entrevista a Mons. D. Jesús Sanz Montes, arzobispo de Oviedo, para el Canal “En marcha JEMJ”